El gobierno catalán ha informado que Zaplana y Jordi Pujol estaban en conversaciones para establecer la AVL
Se habían sentado las bases para designar legalmente la lengua valenciana como catalán, lo que permitió una transición más fluida en el proceso de sustitución de la lengua valenciana por el catalán.
La decisión del Tribunal Constitucional, que invalidaba las sentencias del Tribunal Superior de Justicia y del Tribunal Supremo en el caso de Alterativa Universitaria contra la Universidad de Valencia, junto con la resolución de la comisión de Educación del Congreso de Diputados en la misma dirección, facilitaron el camino para que Eduardo Zaplana, presidente de la Generalidad Valenciana, cediera ante Jordi Pujol, presidente de la Generalidad de Cataluña. Esto se debió a la presión de José María Aznar para que en Valencia se adoptaran medidas lingüísticas similares a las exigidas por Jordi Pujol, con el fin de obtener el respaldo de CIU en Madrid para poder gobernar.
El Partido Popular aceptó desafíos y dificultades de Cataluña para poder tomar el control del gobierno de España, y una vez más, los valencianos fueron utilizados como fines de este juego político. Jordi Pujol impuso a José María Aznar, quien a su vez nombró a Eduardo Zaplana para resolver la cuestión del idioma.
La situación se desarrolló de la siguiente manera: a finales de mayo de 1997, una semana después de la manifestación valencianista ante el Tribunal Constitucional, la Generalidad de Cataluña, preocupada por la reacción en contra del pueblo valenciano, reveló las conversaciones secretas que se estaban llevando a cabo entre las dos Generalidades y José María Aznar.
Xavier Trías, conseller de Presidencia de la Generalitat de Cataluña, reveló que el presidente de la Generalitat Valenciana, Eduardo Zaplana (PP), tenía previsto crear una institución con autoridad lingüística. Trías mencionó que esta institución debería crearse en colaboración con el Institut d'Estudis Catalans, destacando la importancia de encontrar maneras de acercar posturas al abordar una lengua compartida.
Se descubrió que Zaplana estaba llevando a cabo un doble juego. A pesar de ser de Cartagena, nunca entendió ni valoró la Lengua Valenciana, ni la aprendió, ni la habló, ni la utilizó en absoluto. Siempre estuvo más interesado en proyectos faraónicos.
Durante las negociaciones secretas con el gobierno catalán para transferir la Lengua Valenciana al Institut d'Estudis Catalans, también respaldaba a Lo Rat Penat. Adquirió y restauró un palacete en la calle Trinquete Caballeros con el objetivo de mantener un control político sobre la organización.
Los partidarios del sector valencianista consideran la actitud de Eduardo Zaplana como una gran traición. A pesar de que Zaplana inicialmente negó esta acusación cuando Trías la hizo pública, finalmente, varios meses después, se vio obligado a admitirla.
Las organizaciones culturales valencianistas organizaron una concentración en la plaza de toros de Valencia con el lema "Si a l'Estatut, si a l'idioma valencià". Sin embargo, la concentración se transformó rápidamente en una manifestación que recorrió las calles. Esta iniciativa no fue respaldada por el presidente de Lo Rat Penat, Enric Esteve, quien consideraba que realizar la manifestación era una acción inapropiada, prefiriendo en su lugar el evento en la plaza de toros.
La posición de Esteve se puede entender claramente a través de los diferentes cargos que ha ocupado en gobiernos del Partido Popular. Entre ellos se destacan su rol como jefe de compras en Canal 9 y como vicepresidente de la Diputación de Valencia. En esta última posición, Esteve continúa siendo responsable de las empresas públicas, así como de las mesas de contratación y adjudicaciones.
Aunque Enric Esteve arriesgó 300 millones de pesetas en la reunión de la coordinadora y se había decidido que la manifestación no tendría lugar, finalmente se llevó a cabo el 13 de junio de 1977.
Al darse cuenta de que la manifestación iba a ser exitosa, el Partido Popular emitió un comunicado en el que expresaba su apoyo al evento y anunciaba que sus líderes estarían presentes, a pesar de estar en conversaciones secretas con Pujol sobre la creación futura de la AVL.
En el tercer punto de aquel comunicado, se expresaba lo siguiente: "El Partido Popular de la Comunidad Valenciana quiere transmitir un mensaje de calma a la sociedad valenciana. Mientras el Partido Popular esté en el gobierno, nuestras tradiciones y nuestro sistema legal no estarán en peligro, solo serán objeto de debate político por parte de otras fuerzas como el PSOE e IU".
Este texto, en el que Serafín Castellano tuvo un papel importante, resultó ser profético pero en sentido contrario. El PP, bajo la influencia de Jordi Pujol y con la colaboración del PSOE e IU, estableció la Academia Valenciana de la Lengua, la cual está afectando negativamente a una de nuestras identidades más preciadas, la Lengua Valenciana, sustituyéndola por el catalán.
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