martes, 29 de julio de 2025

Miguel de Cervantes





Miguel de Cervantes


 ¿Saps que Miguel de Cervantes és possible que llegira en llengua valenciana i que en vàries ocasions va alabar esta llengua i el seu Regne? 

Tirant lo Blanch és una novela caballeresca escrita entorn als anys 1460-1464 pel noble valencià Joanot Martorell, i conclosa pel també valencià Martí Joan de Galba. 

Esta novela va ser publicada en Valéncia en l'any 1490, en ple Sigle d'Or de la Llengua Valenciana.

 En el Quixot, quan es porta a terme pel retor i pel barber l'escrutini dels llibres de la biblioteca de l'Hidalgo, per a cremar les nefastes noveles de cavalleries, l'ama de En Quixot va prendre huit llibres a la vegada i els va tirar per la finestra.

 Després tornà a agarrar molts junts i un li va caure als peus del barber, que ho arreplegà i va llegir el títul: “Història del famós cavaller Tirant lo Blanch”, de l'escritor valencià Joanot Martorell, que la va escriure en la seua llengua pròpia, la valenciana.

 Cervantes, per boca del retor començà a elogiar-ho i no va consentir que fora past de les flames. Entre els elogis més significatius cal destacar este: ” … faig conte que he trobat en ell un tesor de content i una mina de passatemps” . 

Per a afegir més endavant: ” … pel seu estil és este el millor llibre del món”. 

Resulta evident que Cervantes ya havia llegit el “Tirant lo Blanch”. Miguel de Cervantes va nàixer el 29 de setembre de 1547 i l'edició príncip del Quixot va ser en l'any 1605, encara que, segons els historiadors les primeres anotacions són de l'any 1589, és a dir, tenia 58 anys quan va eixir la primera part i duya 20 anys sense publicar res. 

Pero no acaben ací els seus elogis al Regne de Valéncia i la seua llengua pròpia: en la seua novela “Els treballs de Persiles i Sigismunda”, novela de pelegrins que viagen a Roma, Cervantes nos referix a personages que parlen francés, italià, polac, castellà i valencià. “Prop de Valéncia... la fermosura de les dònes i la seua extremada neteja i graciosa llengua, en qui sola la portuguesa pot competir en ser dolça i agradable” (III,c.12).

 Igualment quan proseguix el pelegrinage a Roma, “...en eixir de Vilareal... una pastora valenciana... en la seua graciosa llengua” (Ibid.). 

Aixina com quan continua en el seu relat dels pelegrins dient: ”... els pelegrins en el seu camí varen aplegar prop de Valéncia i no varen voler entrar en la ciutat, encara que no va faltar qui els va descriure la grandea d'esta ciutat ” “

… l'excelència de les seues moradors, la amenitat dels seus contorns i finalment tot allò que la fa bella i rica sobre les demés ciutats, no només d'Espanya, sino d'Europa. MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA, “Els treballs de Persiles i Sigismunda”, Clàssics Castalia, Madrit, 1969 capítul dotze del Tercer Llibre, pág. 360.

 Font de Jesús Moya Casado En l'image entrada i primer capítol  del facsímil del “Tirant ho Blanch” de la meua propietat.

jueves, 24 de julio de 2025

Comarca es catalanismo de 1989



Comarca es catalanismo de 1989

La comarca es de creación moderna, y nació a raíz de la propuesta de Demarcaciones Territoriales Homologadas publicada por la Generalidad en 1989. Tradicionalmente, se ha considerado que la actual comarca de la Safor está formada por otras dos subcomarcas geográficas: el valle de la Valldigna, al norte, y la Huerta de Gandía, al sur.


La nación catalana no ha existido nunca





 "La nación catalana no ha existido nunca": un análisis histórico desde la serenidad, la documentación y el respeto

Decir que “la nación catalana no ha existido nunca” no es un gesto de confrontación ni una afirmación vacía nacida del prejuicio o del rencor. No es una consigna política ni una provocación identitaria. Es, simplemente, una constatación documental, jurídica e histórica que se sostiene sobre siglos de registros, tratados, archivos y fuentes primarias que hablan con una claridad incontestable para quien se acerque a ellos con rigor, honestidad intelectual y deseo de comprender —y no de instrumentalizar— la historia.
I. Cataluña en la Edad Media: una tierra de condados bajo soberanía franca
Durante los siglos IX al XII, lo que hoy conocemos como Cataluña estaba fragmentado en una serie de condados que formaban parte del sistema feudal del Imperio Carolingio. El más prominente de ellos fue el Condado de Barcelona, que gradualmente ganó autonomía respecto al poder franco, sobre todo a partir del siglo X. No obstante, esa autonomía fue feudal, no nacional. Nunca existió un Estado catalán soberano, ni mucho menos una nación catalana en el sentido moderno del término.
La noción de nación, tal como hoy la entendemos —como comunidad política soberana con legitimidad jurídica internacional—, es un concepto que nace siglos más tarde, y atribuírselo a realidades medievales es incurrir en un anacronismo de proporciones graves. Es querer pintar una silueta moderna sobre un mapa que tenía otras líneas, otros colores, otras reglas.
II. La Corona de Aragón: una confederación de reinos, no de naciones
Cuando Ramón Berenguer IV, Conde de Barcelona, se desposa con Petronila de Aragón en 1137, no se produce una fusión entre iguales, ni nace una supuesta “Corona catalano-aragonesa”. Lo que se establece es una unión dinástica, no territorial ni institucional, entre el Reino de Aragón y los condados catalanes, manteniéndose cada entidad con su propia estructura. Aragón seguía siendo un reino soberano, con fueros, cortes, moneda y legislación propia. Barcelona y los condados orientales eran posesiones comitales, jurídicamente inferiores en la jerarquía feudal.
Los Reyes de esta Corona siempre fueron titulados —en documentos oficiales y crónicas— como “Reyes de Aragón, de Valencia, de Mallorca, condes de Barcelona”, entre otros títulos. Este orden no es arbitrario ni decorativo: establece un protocolo jurídico y político en el que el título de “rey” está vinculado a entidades con soberanía reconocida, y el de “conde” a territorios que, aun importantes, carecían de la estructura institucional de un reino.
III. El siglo XIX y el nacimiento de los nacionalismos románticos
Es precisamente en el siglo XIX, con el auge del romanticismo político y cultural, cuando empieza a forjarse la idea de la “nación catalana”. No como resultado de una evolución histórica lineal, sino como una construcción ideológica, alimentada por el mito, la exaltación simbólica, la relectura selectiva del pasado y el deseo —legítimo o no— de autodeterminación. Es en ese contexto que surgen las figuras de Prat de la Riba, Cambó, Macià o Pujol, que proyectan sobre la historia medieval una identidad nacional que nunca existió como tal.
Este fenómeno no es exclusivo de Cataluña. Lo mismo sucedió con los nacionalismos vasco, gallego, escocés, irlandés o bretón, todos ellos construidos sobre una mezcla de hechos, leyendas, agravios reales o percibidos, y una fuerte carga emocional. Son identidades políticas modernas, con una narrativa histórica que muchas veces desborda la fidelidad documental para adentrarse en el terreno del relato fundacional, como si toda nación necesitara inventarse un pasado glorioso para justificar su presente político.
IV. Cataluña en la historia constitucional española
En ningún texto constitucional español —ni en la Constitución de Cádiz de 1812, ni en las cartas de la Primera República, ni en la de 1876, ni en la Segunda República, ni en el presente marco de 1978— se reconoce jamás a Cataluña como nación. Ha sido reconocida como comunidad histórica, como entidad territorial diferenciada, como región con autonomía política; pero nunca, jamás, como nación soberana en sentido jurídico.
Incluso durante el periodo más favorable al autogobierno catalán —la Segunda República—, el Estatuto de Núria (1932) fue aprobado bajo la soberanía de la nación española. Cataluña tuvo instituciones propias, sí, pero dentro de un marco nacional común que jamás fue cuestionado desde el punto de vista legal.
V. El valor de la verdad frente a la manipulación del relato
No se niega, por supuesto, la riqueza de la cultura catalana, su lengua, su arte, su personalidad política e histórica. Cataluña ha sido y es una parte esencial de España, como lo es Castilla, Galicia, Andalucía o Valencia. Pero la reivindicación de una “nación catalana” soberana es un mito político, no una verdad histórica.
La historia no es una herramienta al servicio del deseo, sino un testimonio del tiempo. Cuando se manipula la historia para justificar intereses políticos contemporáneos, se pervierte el conocimiento, se falsea la memoria colectiva y se fomenta el enfrentamiento donde debería haber entendimiento.
Ortega y Gasset, Unamuno, Menéndez Pelayo o Américo Castro ya denunciaban con lucidez las distorsiones del nacionalismo catalán incipiente. Y lo hacían no desde la negación del valor de Cataluña, sino desde el compromiso con la verdad.
VI. Decir la verdad no es atacar: es sanar
Hoy, en una era donde la posverdad y el relato han sustituido muchas veces al dato y al documento, es más necesario que nunca recordar lo evidente: Cataluña no fue una nación soberana en ningún momento histórico. Fue una tierra brillante, con una identidad cultural riquísima, un motor de desarrollo económico, un espacio de pluralidad lingüística y artística. Pero no fue un Estado, ni un reino, ni una nación en el sentido político-jurídico del término.
Reconocer eso no es despreciar, sino ubicar. No es atacar, sino narrar con exactitud. No es un gesto de odio, sino de justicia. Porque sólo desde el rigor y el respeto podemos construir una convivencia basada en lo real, no en la ficción.
Y cuando una sociedad decide construir su futuro sobre un pasado inventado, lo que edifica no es un país, sino un castillo de humo.
Cataluña no es menos por no haber sido nación. Es mucho más si se reconoce con verdad, con dignidad, con honestidad. Porque la grandeza de un pueblo no reside en sus mitos, sino en su capacidad de convivir con los demás sin renunciar a sí mismo, pero sin intentar ser lo que nunca fue. Y esa, quizás, sea la verdadera madurez colectiva.
Fuente de https://www.facebook.com/anticregnedevalencia

Segle d'Or

 



Nostra dolça Llengua Valenciana "De les llengües neollatines que han tingut un Segle d'Or, figura en primer lloc el valencià (XIV i XV); quasi al mateix temps l'italià, encara que un poc darrere; el portugués en el segle XVI; el castellà en els segles XVI i XVII; i el francés en els segles XVII i XVIII. 

Com pot vore's no hi ha més segles d'or que els anomenats." Font: 'Judes Valentins' (Valéncia, 1991), per J.P. Valencianos, acadèmic de la Real Acadèmia de Cultura Valenciana (RACV). Foto: Publicació de l'any 1894, del llibre 'Les Trobes en lahors de la Verge Maria' de Sor Isabel de Villena, primer llibre imprés en Espanya, Valéncia, 1474.

MONTROY





 Que no vos enganyen alguns despistats, en llengua valenciana es MONTROY i no "Montroi"

Furs, capitols, provisions, e actes de cort: fets y atorgats ... - Página 53 (1635)

domingo, 13 de julio de 2025

LA MENTIRA DE LA PROHIBICIÓ DE LA LLENGUA CATALANA PE'L REAL DECRET DE NOVA PLANTA DE 1716.



LA MENTIRA DE LA PROHIBICIÓ DE LA LLENGUA CATALANA PE'L REAL DECRET DE NOVA PLANTA DE 1716.

Traduït al Valencià per Agustí

En el sentit de que lo significant del "català" com a símbol per a indicar cert idioma no va nàixer fins al sigle XIX i publicat per Pompeu Fabra en 1918-19. Ara be, vaig a contar alguna cosa que casi mai s'ensenya o es diu respecte a la prohibició del "català", la propaganda catalanista s'encarrega de difamar a Felipe V atribuint la prohibició del mateix al Real Decret de Nova Planta. de 1716.

Puix resulta que hi ha una cosa curiosa, el català no era conegut d'esta manera per aquells temps, sino que se li coneixia com a Llemosí, es tractava d'un dels dialectes occitans que havia evolucionat paralelament al restant, vejam lo que diu la Wiki:

Llemosí o llengua llemosina va ser un terme que es va utilisar a partir del sigle XVI per a designar la llengua Barceloní que es parlava en el Comtat de Barcelona, inspirant-se en el seu parentesc en l'occità, i denominant-ho per mig del nom d'un dels dialectes occitans, el de la regió nort-occidental de Llemoges. Al principi, en el sigle XVI, en els regnes de Valéncia i de Mallorca la denominació designava el català arcaic i la llengua trovadoresca. Aquell mateix sigle, en el regne de Valéncia, ya es va aplicar a la llengua contemporànea. En el sigle XIX, quan Bonaventura Carles Aribau va escriure l'oda;

"La Pàtria" (1833), el terme va ser estés també a les Illes Balears, terminant d'estendre's en Valéncia, on acabaria de popularisar-se durant la Renaixença. Es va vore en el terme llemosí l'oportunitat d'una denominació unitària per a la llengua sense referències geogràfiques que feriren la susceptibilitat. No obstant, a mijant del sigle XIX, els especialistes en lliteratura trovadoresca varen considerar inadequada esta denominació i, en 1862, Marià Aguiló i Fuster va reivindicar la recuperació del nom de "català" en els Jocs Florals.

Vejam lo que diu la Wikipedia:

En la regió catalana es parlava Llemosí

La denominació de Llemosí per a l'idioma va començar a ser substituïda a partir de 1862.

Açò significa que tota la lliteratura que s'ensenya que esta associada a la catalana realment no ho és, sino que és lliteratura llemosina, no deixa de ser una paraula sinònima, pero fixeu-vos com cou això tan simple, fins al punt en que et trobes en açò:

Inspirant-se en el seu parentesc en l'occità.

Denominant-ho per mig del nom d'un dels dialectes occitans.

Sembla ser que és mentar al diable que el Llemosí i el Català siguen dos noms de la mateixa llengua, pero com és que s'aplega a este nivell d'absurt llògic,

¿com és que lo significant d'una llengua passa a estar errat despuix de tants sigles?

L'explicació és molt més perversa de lo que la gent es creu i té que vore en la Real Cedula d'Aranjuez de 1768.

En dita Cedula Carlos III prohibix l'us del Llemosí en l'ensenyança, açò té una série d'efectes sobre el discurs catalaniste:

Sí el Llemosí no és Català com diuen alguns, llavors mai va haver prohibició alguna de l'idioma, en va canviar sí ho és açò significa que en el Català/Llemosí es va estar ensenyant fins a una miqueta més de 50 anys despuix del Decret de Nova Planta.

Ya que va ser a partir de 1862 quan es va començar a demanar la denominació "català" esta clar que de les dos opcions del primer punt la real és la de Català=Llemosí.

Açò deixa bona part de la mística de la Diada catalana, convertida en pur fum i per tant en una enorme mentira.

¿Pero el Llemosí no és el que es parla en l'Valle de Aran? A mi em sembla diferent al català?

La cita de 1984, la novela de Orwell, va molt be en este cas:

Si qui controla el passat, controla el futur,

¿Qui controla el present, controla el passat?

El moment en que el Català passa a diferenciar-se de l'Occità no ve per una progressió natural sino que tenim que agrair-ho a Pompeu Fabra, qui va ser el pare de la gramàtica catalana:

A partir del 1918, en la publicació de la Gramàtica Catalana, que va ser adoptada com un normatiu oficial, s'inicia l'etapa més fecunda dels treballs filològics de Fabra, que culmina en 1932 en la publicació del Diccionari general de la llengua catalana. Eixe mateix any publica Fabra un Curs mijà de gramàtica catalana per a us escolar (reeditat en 1968 en el títul de Introducció a la gramàtica catalana. Les Converses filològiques (1924), colecció d'artículs breus que plantegen i resolen els dubtes idiomàtics més freqüents, responen a l'anhel de Fabra per divulgar les seues reflexions llingüístiques. En 1932 Fabra va accedir directament, per raó del seu prestigi, a la càtedra de llengua catalana de l'Universitat de Barcelona, en lo que per primera volta entrava esta llengua oficialment en l'àmbit universitari. El diccionari de 1932 (conegut popularment com el Fabra) va ser pensat com a esbós d'un futur diccionari oficial que publicaria l'Institut d'Estudis Catalans. Els criteris que varen presidir la seua creació varen ser:

Exclusió de arcaisme i dialectalisme de difícil admissió pels parlants.

Rebuig de térmens procedents d'atres llengües que substituïren paraules pròpies del català o impossibilitaren la creació de térmens nous.

Incorporació de paraules tècniques d'orige grecollatina o del acervo universal, adaptant-les a les característiques de la llengua catalana.

Pompeu Fabra va fer un treball excelent, l'eliminació dels arcaismes té sentit pero la clau de tot esta en l'eliminació de significants estrangers, el motiu d'això és ben simple i és com si de sobte un país hispanoamericà fera desaparéixer tota paraula d'orige espanyol per a crear una llengua nova. ¿Com va poder fer Pompeu això? Puix pel fet que l'Occità/Llemosí no era com el Francés, l'Anglés i l'Espanyol, mai va tindre una gramàtica desenrollada com eixos idiomes al no ser idiomes d'Estat, si haguera existit la Gramàtica Occitana llavors Pompeu Fabra no haguera tingut l'oportunitat d'escriure la Gramàtica Catalana.

Penseu que quan Carlos III va prohibir l'ensenyança en Llemosí/Català, en realitat no existia gramàtica alguna de l'idioma, penseu ademés que hi havia una forta influència en el parla de lo que és la gramàtica espanyola per lo que de forma estranya va ser indirectament la prohibició del Llemosí i el creiximent de l'Espanyol lo que porte al naiximent de la "nova" llengua i la disparitat entre el parla de la gent i la llengua de tradició lliterària.

¿És açò un atac al Català? No. ¿És un atac al dret de que un grup de persones baix un referèndum puguen decidir si formar un Estat independent? Tampoc, pero explica molt be el motiu pel qual molts catalanistes volen l'immersió llingüística, no volen que el català es convertixca en un atre Llemosí, encara que en el fondo no es més que un simple idioma dialectic del llemosí, penseu que l'Espanyol va tindre el mateix tipo d'evolució fins que s'implante la Real Acadèmia.

Si prohibíreu hui l'Espanyol i agarràreu una màquina del temps per a vore com parla la gent dins de 150 anys vos assegure que vos donaria un bolque al cor.

Font d' Agustin Pastor Ferrer


 

sábado, 5 de julio de 2025

La esquerra valenciana

 

Milicians valencians republicans junt a una senyera valenciana en Álora, en el front d'Andalusia durant la guerra civil, Setembre de 1936. El nostre simbol nacional sempre present.

La esquerra valenciana va ser valencianista fins que a mijans del sigle XX la ultra dreta catalana comprara intelectuals i polítics de esquerra valencians pera que mentiren a favor del Pan-catalanisme.

EN LOS AÑOS 90 DEL SIGLO XX

EN    LOS    AÑOS    90    DEL   SIGLO   XX